Manual para entender un déjà vu
- Nicolás Guasaquillo
- 21 oct 2018
- 1 Min. de lectura

Un déjà vu: he traicionado a la tardanza de alguno de mis dos hemisferios. ¿Cuál se encarga de procesar la desgarración del amor solitario? ¿El derecho o el izquierdo? No confío en ninguno de los dos, realmente. El amor solitario es un déjà vu indestructible perteneciente a los trayectos en ómnibus, junto a la ventana sucia, empañada de sentires viejos, de sentires propiedad de otros sentires, propiedad de otros viajeros. No comparto el sentir de otro viajero, dice mi sentir. ¿Soy uno sólo en el ómnibus o he sido los viajeros? La silla es una, la ventana la misma: su transparencia, el espejo de todos nosotros. El calor de la silla proviene de los mismos procesos humanoides, yo soy ése proceso también, soy el sentir de la reunión de sentires abandonados, desperdiciados, puestos a la deriva, libre navegación para que el siguiente viajero, mon petit, los tome y los consuele, los haga suyos.
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